He recogido el almibar de tus besos,
una de tus caricias,
la luz de tus ojos cuando me miras
y el primer te quiero que me regalaste,
los guardo como un tesoro
en una cajita de cristal,
para abrirla cuando me visite
el frío silencio de tu ausencia.
una de tus caricias,
la luz de tus ojos cuando me miras
y el primer te quiero que me regalaste,
los guardo como un tesoro
en una cajita de cristal,
para abrirla cuando me visite
el frío silencio de tu ausencia.
.
Cudado con las cajitas de cristal... se rompen con cierta facilidad... yo te recomiendo la caja fuerte de tu corazón :)
ResponderEliminarbesos
Ahí está la gracia, querido gatito.
ResponderEliminarBeso con aroma a paella.
En cambio, fíjate qué siniestra sería la frase: "Quien no se conforma es porque no ama".
ResponderEliminarEspero que no lo dijeras en ese sentido.
Gracias por pasear por mi Jardín y por tu insistencia para dejar un comentario.
ResponderEliminarUn saludo.
Nán, y los besos?
ResponderEliminarYo siempre he imaginado guardar los sueños en tarritos de cristal, como los perfumes, para que cada noche y a elección propia, destapar y derramar una gota del sueño preferido para esas horas que llegan...
ResponderEliminarPues eso, que ojala pudiéramos guardar cosas hermosas en tarros de cristal...
Un besito
P
De nada, Zârck.
ResponderEliminarPenélope, reina, es que tú eres más dulce que el azúcar...
ResponderEliminarBesitos.
Mujer previsora vale por dos.
ResponderEliminarBuena estrategia.
Besos.
Parte II: Los besos
ResponderEliminarSuene bonito bonito lo que dices. Pero aún a riesgo de quedarte sin nada, ¿no te parece que ir guardando eso en una cajita catafalcus amoris desde el principio es ir dándole ya un final?
¡Ay, qué Don Juan me has salido!
Y hasta por tres, Xavi.
ResponderEliminarMuchos besos.
Vd. si que sabe, doña Inés.
ResponderEliminar(y los besos siguen brillando por su ausencia, ainsss...)
A veces, guardamos cosas en la caja de la memoria que ni siquiera imaginamos, por eso en ocasiones, al levantar la tapa, surgen fantasmas, demonios y criaturas capaces de devorarte el corazón.
ResponderEliminarLa Caja De Pandora
Abrí sin malicia. Curiosidad femenina, usted sabe. La vasija venía sellada. Pero la hoz del destino tiene el poder de arrebatar luz al día. Y en la granada de su boca, el hado arrebaña sus demonios mientras me dice que yo, y cada uno de nosotros que cayó como lluvia en este lugar, somos también una caja.
Acopiando fuerzas, procuro cerrar la tapa. Es imposible. Un remolino aprisionado durante siglos en el hermético cántaro de las profundidades empieza a salir como viento en procela, arrastrando en su cauce seres que me habitaban desde un lupanar cerrado a llave: un dragón con un frasco de elixir del olvido en las garras, una sacerdotisa pregonando la inminencia de un eclipse de sol, un ángel negro y desnudo con rasgos de sátiro que se abanica con un ramo de siempreviva, enanos dedicados a la forja, alimañas cojas, tuertas o sin patas, un buitre con una gavilla de pasionaria en el pico, ánimas de mi linaje encaramadas en una barca con mascarón de sirena, viendo pasar un cometa.
Abrir la caja: solsticio de invierno en el verano de mis manos imprudentes.
Françoise Roy
Un beso
que cosa mas bonita es lo que has escrito.
ResponderEliminarigual lo tendrias que guardar en otro tipo de caja por aquello que se puede romper y perderse
verdaderamente dulces y nutritivas para las paiones su palabras.
ResponderEliminarSaludos.
Petita, masasustao!!
ResponderEliminarCerradita está más guapa.
Un beso.
Pablo, sabía que te gustaría, pero yo lo encuentro de un cursi que mata.
ResponderEliminarBesos.
Buen provecho, Peyote, y encantada.
ResponderEliminarCaricias.
Pero no te conformas.
ResponderEliminarLo guardas en cajita de cristal.
Y encima lo cuentas.
Nunca la abras y disfruta todo en vivo y en directo.
Besos.
Ah! Qué olvidadizo. Lo malo de tener siempre la cabeza en otra parte es que con ella me dejo los labios.
ResponderEliminarRecuperada (hasta que se largue de nuevo).
¡¡Besos!!
Yo te aconsejarîa que la rompieses y volvieses a empezar, y asî...
ResponderEliminarGracias por tus comentarios. Te esperaré la prôxima con tus zapatitos de cristal...
por eso yo a las mias les titulo "Canción rosa para una pubertosa"
ResponderEliminarMi Alma algo más drástica se conformaría porque mandaría la dichosa cajita de cristal al fondo del mar donde se congele la ausencia y el silencio.
ResponderEliminarOtra cosa sería los recuerdos del que se fue sin querer en una dulce ausencia, entonces si, un bonito cofre de tesoros.
Saludos
Me parece precioso lo que has escrito Montse, ni una coma de más.
ResponderEliminarAbrazos
Ya, Ybris, ya...
ResponderEliminarUn abrazo, maestro.
Ahora sí, Nán, mira que te haces de rogar...
ResponderEliminarEva, luciérnagas y zarzamora (mira que eres original), no tardaré, creo que no, ni en una cosa ni en la otra.
ResponderEliminarMil besos.
Y yo me las sé todas, querido Pablo.
ResponderEliminarY tus besos?
No es tan fácil, Alma, paso a paso.
ResponderEliminarUn beso.
Preciosa tú, Calma.
ResponderEliminarSin la Esperanza estamos perdidos.
Mil cariños.