Gracias, P(ost) M(eridian).



Domingo
Tove Ditlevsen Traducción de Francisco J. Uriz


Nunca ocurre nada los domingos.

Nunca encuentras un nuevo amor en domingo.

Es el día de los infelices.

Día de pensión o día de familia.

Las horas más dolorosas de la amante

cuando se imagina a su amado

con sus hijos en las rodillas

mientras su mujer, sonriente,

entra y sale con tentadoras bandejas.

Un día maldito.


Alguna vez tuvo que haber sido diferente.

¿Por qué si no tendríamos todos

que esperar con ansias el domingo durante toda la semana?

¿Quizá cuando íbamos a la escuela?

Pero ya entonces las campanas sonaban

compungidas y grises como lluvia y muerte.

Ya entonces las voces de los adultos

eran débiles e insonoras como si buscasen a tientas

y en vano las palabras dominicales.


El olor a humedad y a pan mohoso,

a sueño, botas de goma y achicoria

ya subía entonces por la escalera

y la calle, que estaba dura, vacía y diferente

de una manera desolada ­

El olor dominical nos forraba

con la gruesa capa de la decepción

que sigue a una expectativa

sin meta específica.


Pero, entonces ¿cuándo?

En un lugar anterior a la memoria

hubo felicidad, una expectativa irresistible

que todavía nadie había sido capaz de defraudar.

Entonces las campanas significaban que papá estaba en casa,

el bigote, las negras cejas y el olor a tabaco mascado

estaban allí y allí quedaban, en un lugar cercano,

y quizá la risa de tu joven madre

sonaba más alegre que los otros días.


Es domingo. Tú nunca encontrarás

un nuevo amor ese día.

Estás sentada en el cuarto de estar

apabullada y rígida como una figura de cartón

a los ojos de los niños.

Escarban con los pies

y se pelean sin energía.

«Deberíamos hacer algo», dices.

«Sí», dice una voz detrás del periódico.

Entonces os calláis los dos, porque todo lo que tenéis ganas

de hacer es oculto y secreto

y sería inaceptable para el otro.


Las campanas de la iglesia suenan. Las narices de los niños

se llenan de desesperanzado olor heredado.

Sobre sus dulces rostros se desliza

una fealdad pasajera.

Una luz marchita nace en sus ojos.


Pero todos esperamos el domingo

toda la semana, toda nuestra vida,

esperamos la ilusión de cientos

de largos domingos vacíos, agotadores.

Día familiar, día de pensión,

el infierno de los amantes secretos.

Ese día en que la nauseabunda grisura de los adultos

impregna a los niños y establece

la incomprensible melancolía dominical de los años venideros.




14 comentarios:

  1. Sublime!

    Besos guapísima!

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  2. Sublimes letras
    Triste realidad
    Entrañable el remitente

    Guapísima, sólo tú!

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  3. Mención especial a la tarde de domingo...
    Y los niños... ¡Si ya era duro cuando la familia era familia! Ahora... va, recoje que te tengo que llevar a las siete a casa de tu madre que si o se enfada; va, no te dejes nada que no vuelves hasta dentro de 15 días...


    besos

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  4. Ese es todo un mundo, De cenizas, (otro).
    Entonces, ¿vamos?

    Caricias con beso.

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  5. si, este Post Meridian es la caña...
    Muy bueno, excelente poema.

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  6. Excelente tú, Mirada, y envidia, la mía.
    Un abrazo.

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  7. Ya lo había leido y no una sola vez, muchas veces.
    Se de quien te vino y como te vino.
    Lo que que no se es cómo lo recibiste en esa tu cabecita.
    Muackes, muchos

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  8. Ana, tú sabes mucho, ¿no?
    Jo, con la listilla...
    Mi cabecita, bien, gracias, apoyada en tu hombro, si me dejas...

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  9. Claro que si, mi hombro es tuyo.
    Y ni me llames listilla, que me apeno

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  10. Madre mia, Montse, ¡¡pero, si tambien eres una experta en el arte de las letras!! Pareceme que ambos somos parientes muy cercanos de SOLEDAD. No es tan mala persona, esa DAMA. Todo es cuestiòn de saberla soportar. Làstima, que tanto mar, nos separe. El coco de agua, con un chorrito de ron, son, excelentes enemigos de Soledad.
    Un abrazo dominguero, querida amiga.

    Claudio

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  11. Claudio, querido, me encanta la soledad y ahora aún más que sé que es pariente tuya.
    Ojalá que un día tomemos ese coco juntos y nos demos ese abrazo dominguero, lunero o miercolero.
    (¿te gusta mi foto?)

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  12. Me parece conocida, esa foto. Eres muy ingeniosa. Gracias por esta sorpresa. No me olvido que te prometi una donde se distinga mis facciones.
    Hace mas de una semana que mi bandeja de entraga de correos, està vacìa. Me puse a checar, y me he dado cuenta de que no entran correos.Si me has enviado algùn email y no has recibido contestaciòn, pues ya sabes el motivo. Perdòn. Te envio otro correo que no falla.

    clporras@yahoo.com.mx
    Un abrazo, mi querida amiga, Montse.
    Y si... serìa un lujo para mi tomarme un coco con trocitos de hielo y un chorrito de ron, amèn de su pedacito de piña, y ... salud, Montse.

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♥caricias♥