El frio que más me calienta


Por fin llegó mi encuentro con la Puri.
Fue en un bar en el barrio de Gràcia donde ella sigue perdiéndose a menudo para recordar una de sus historias de [tachado]amor[/tachado] sexo.
LLegué tarde y la vi en cuanto entre al local.
Con aspecto despreocupado acariciaba el vaso tempranero de martini mientras miraba descarada a los dos chicos de la mesa del fondo que conversaban animados.
Me acerqué por detrás y la saludé mientras acariciaba su pelo.
Me miró con ojos alegres, me ofreció una sonrisa que llevaba mi nombre y se levantó para abrazarme.
Siguieron dos horas de confidencias mutuas y el descubrimiento de que era real que la Puri tenía una libreta en la que anotaba a sus amantes.
Me la mostró con gesto melancólico.
-Me faltan los últimos.
-Y eso?
-Creo que ya son demasiados y poco a poco fui perdiendo interés en anotarlos. Deben rondar los ciento cincuenta.
Siguió con el corazón abierto para contarme que recordaba perfectamente la historia vivida con cada uno de ellos con sólo leer su nombre y que, con el tiempo, ganaban solera y , hasta la más absurda, le rozaba los sentimientos.
Dijo que seguía buscando el hombre a su medida, el amante/amor con el que compartir felicidad y vida.
Prometimos encontrarnos de nuevo pronto incitándola a que me contara con detalle alguna de sus aventuras.
Nos despedimos pero me la llevé conmigo. De hecho, la Puri, siempre ha sido algo muy mío. Algunos ya lo saben...



8 comentarios:

  1. La Puri tiene miga, claro que sí. Pero, como no tengo el gusto de conocerla y, mucho menos, juzgarla, haré lo que mejor sé: hablar de mí.

    En 3º de BUP nos dio por apuntar en la agenda escolar nuestros 'besos'. Esto es, los chicos a los que les comíamos la boca y, al lado, la clasificación que merecía cada uno. Ir 'más allá' (vamos, fornicar) aún no estaba en nuestros planes. Claro que aquí tu amiga Larisa, a los 16 años, era una mogijata de cuidado. Y mientras Lourdes (ay, Lourdes) celebraba que había llegado a las cuatro decenas de tíos ("los cuarenta principales", los llamó), mejor me callo cuántos besos llevaba yo.

    Si es que mi amargura viene de lejos.

    Luego ya me operé y me dejé la barba.

    Bicos.

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  2. Larisa,en mi vida también hubo una Lourdes (bueno, una Silvia)
    Nunca se me olvidará el día que en clase me dibujó cómo era un pene erecto.
    Mi asombro fue extraordinario y te juro que creí que me tomaba el pelo.
    Yo tenía 15 años y me expulsaron por un ataque de risa.

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  3. Oh, My God...

    Una pregunta, eh, esto...

    ¿Qué es un pene erecto?

    Besis.

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  4. No me veo con corazón para seguir la conversación. De Puri...¡qué voy a decir! Además, estando Larisa por aquí, como abra la boca me pone de pervertido, maricón, zoofilo y pepero para arriba....

    Pues nada me voy discretamente por donde he venido :)


    besos

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  5. Yo nunca te he acusado de nada de eso. Me sorprende que digas lo de 'pepero', pues bien orgulloso sonreías el 20-N desde el balcón de la calle Génova. Sea como fuere, te respeto y te quiero. Snif.

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  6. Sólo 150???
    Bah...
    Sonrío.
    Besos, Montse.

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  7. La Puri tiene su corazoncito también. Se acuerda de cada relación solo por el nombre.

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  8. Buen relato.

    Estoy deseando que llegue el momento de hacerme una pizza roja de peperoni.

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♥caricias♥